miércoles, 18 de mayo de 2011

Sensatez constitucional

Iniciamos el actual proceso electoral enmarcados nuevamente en una maraña judicial acerca de la participación de la llamada izquierda abertzale vasca en los comicios municipales del próximo 22 de mayo. Esta situación pone de manifiesto la fragilidad de nuestra joven democracia de una forma irremediable por mucho que algunos se empeñen en demostrar lo contrario.



Desde el momento en que no existe una separación de poderes real, algo que ya pedían los franceses en el siglo XVIII, poco podremos avanzar hacia una participación social real y efectiva en la vida pública de España.



El poder supremo en España es el legislativo y de él emanan los demás, ya que son los parlamentarios los que realmente eligen al poder ejecutivo y son ellos también quienes eligen a los máximos dirigentes de los órganos judiciales.


La decisión definitiva del Tribunal Constitucional de permitir la participación en las elecciones del 22-M de la coalición "Bildu" ha generado una polémica importante ante los focos de los líderes políticos que día a día están tratando a los ciudadanos como una masa borreguil y tomándonos por tontos.



La actual ley de partidos políticos NO permite ilegalizar coaliciones únicamente se refiere, como su nombre indica, a partidos políticos, por ello es imposible ampararse en esa ley para ilegalizar dicha coalición ya que está formada por partidos que son legales y se ajustan claramente a la ley.
El argumento esgrimido por el Gobierno central, con el apoyo y la presión del Partido Popular, acerca de una estrategia de ETA para instrumentalizar Bildu a su favor cuenta con meras sospechas y ningún fundamento real ni prueba que lo certifique por lo que cualquier decisión jurídica que perjudique la libertad de acción política claramente queda en entredicho, o acaso condenaríamos a alguien por un delito simplemente porque sospechamos de él pero no tenemos prueba alguna, evidentemente NO.


La actual coyuntura política y la instrumentalización que los dos grandes partidos llevan haciendo durante años de la lucha antiterrorista como arma arrojadiza, en especial en épocas electorales, propicia precisamente que se den todas estas situaciones que conllevan una fragilidad muy grande para nuestra democracia y no hace más que ponerla en peligro. La lucha antiterrorista debe ir separada de los intereses políticos de cada cual, perseguir el terrorismo hasta derrotarlo debe ser premisa fundamental para todo gobierno y la oposición debe de evitar poner zancadillas a la acción del gobierno ya que la derrota del terrorismo siempre será el triunfo de la sociedad sobre la barbarie, nunca del partido político que esté en el poder.



Además lo que no se puede silenciar, por mucho que se empeñen algunos, es que en Euskadi existe una corriente independentista, sin entrar a opinar si es legítima o no, que está ahí y hay que darle el reconocimiento social que se merece, lo mismo que las restantes ideologías y lo que un país democrático jamás podrá hacer es ilegalizar ideas.



El 22 de mayo veremos que peso tiene Bildu en el resultado electoral y a partir de ahí, en función de la actitud que sus cargos electos tomen, la Justicia y SOLO la Justicia deberá poner a cada uno en su lugar si es que hacen o expresan cosas que no se ajustan a la ley.