viernes, 16 de noviembre de 2012

Azul es el color

Aún recuerdo aquella vez por 1987 que pise el Tartiere por primera ocasión, jugaba el Oviedo contra el Recreativo de Huelva, ganamos 5 a 2 y poco tiempo después el Oviedo ascendía a Primera división en una épica promoción contra el Mallorca. Despues vendrian muchos recuerdos.

Aquel verano con sabor a Primera, uno de mis tios me regaló algo que me marcaría para siempre, mi primer carnet de socio. Tras el ascenso el club ofreció a los primeros 500 niños socios la gratuidad del carnet para aquella temporada y a partir de entonces me volví más azul.

Por el Tartiere vi pasar y perder a los más grandes: Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid...sufrimos con los derbys frente al Sporting pero sobretodo mi pasión por el fútbol fue cada día a más. Siempre fui consciente de que jamás podría ser futbolista pero aun así siempre soñe con saltar al cesped del Tartiere y marcar un gol a pase de Dubovsky.

Azares de la vida hicieron que estudiase en el Baudilio Arce, a los pies del Tartiere, aquel 19 de septiembre hubo que cerrar las puertas del colegio por seguridad...miles de italianos visitaban Oviedo, era un dia de fiesta que jamás se me borrará de la cabeza, el Tartiere lleno, cánticos, animación y gol de Bango justo ahí en la esquina donde yo me sentaba.

Pasaron los años, uno se hacia más grande (no mucho dicho sea) pero lo justo para que mi padre ya sufriera cargando conmigo por las escaleras del Tartiere, con gran dolor decidi no ir al fútbol, al menos hasta que yo pudiera ir solo. Y ni tan siquiera aguante una temporada sin pisar la grada del viejo Tartiere...

Al año siguiente, 1996, volví a hacerme socio en una zona más accesible, dentro de lo que aquel estadio podia ser, aquel año llegaron jugadores de la talla de Paulo Bento y Onopko, pero pronto empezaron los sufrimientos y sobretodo tras la marcha del portugués, salvamos una promoción con Las Palmas.

En 2001 nos mudamos de casa a un nuevo estadio pero aquel verano una noticia nos dejó helados, habia muerto Petr Dubovsky, el equipo se rehizo pero la huella del eslovaco estaba presente. La temporada empezó muy bien especialmente en casa, en cambio fuera no habia forma de ganar un partido. Quedaban tres partidos: Barcelona, Real Madrid y Mallorca; ganamos al Barça en su estadio, empatamos con el MAdrid en un partido que debimos haber ganado pero precisamente en el mismo sitio, Mallorca, donde habiamos subido a Primera volvimos a bajar.

Tocaba vivir la cara más amarga de lo que muchos llamamos y odiamos: el fútbol moderno. Jugadores que habian sido señas de identidad del Real Oviedo tras renunciar un año al ascenso y en la segunda temporada riendose de la afición nos mandaron a 2ªB pero no contentos con eso bajamos a tercera por impagos.

Llegó el primer matchball, 2003 y un alcalde enterrador quisieron acabar con el Real Oviedo, pero unos pocos al principio, unos cuantos al poco tiempo, luchamos por la supervivencia del club, nacieron nuevas peñas, y aquel día de agosto jugabamos contra el Mosconia de Grado, recuerdo llegar al Tartiere y mirar a la gente a ver cuantos de aquellos que habian estado en el último partido en 2ª estaban allí. Recuerdo que apenas conociamos a los jugadores, pero aquello era ambiente del de verdad especialmente cuando Kily marcaba aquel primer gol del renacer azul. 

Vendrían alegrias y también tristezas como la muerte de Armando, el Oviedismo era una familia y trabajabamos todos a una, Requexón, rifas, adecentando el estadio...Ilusionados pensabamos que pronto volveriamos a la élite pero la historia nos ha demostrado que no ha sido así...

Estos años gracias al Real Oviedo he vivido cosas que jamás imagine vivir, no he marcado ningún gol en el Tartiere a pase de Michu, Cervero o Xavi Moré pero si disfruté del primer ascenso a 2ªB junto a los jugadores, bajando del Tartiere hasta el Ayuntamiento en aquel camión por toda la ciudad, pude hacer el saque de honor en Oviedo-Marino, que si bien ya estabamos descendidos y apenas había público me supo a gloria...

Estos días el Oviedismo ha vuelto a demostrar que es una gran familia y que para todos nosotros el Real Oviedo es una parte muy nuestra, que si nos la arrebatan dejariamos de ser nosotros mismos y por fin puedo decir que una pequeña pero no menos importante parte del Real Oviedo, desde ayer es mía.

HALA OVIEDO