Hoy twitteando entre @inmarev y
yo entramos en un chiste fácil con dos series famosas de la televisión reciente
pero a la vez expresando una realidad que se cierne sobre nosotros si la
sociedad española no abre los ojos y valora realmente el voto con miras al futuro
y no con miras al pasado.
Sería hipócrita decir que la
gestión del Gobierno de Zapatero ha sido brillante, en absoluto diré tal cosa,
ha tenido sus aciertos y sus errores, sus victorias y sus derrotas, pero ni es
una gestión tan catastrofista como dicen unos ni tan brillante como pretenden
decir otros.
Los primeros cuatro años
(2004-2008) subidos en la cresta de una ola de inversión, de grandes ingresos
para las arcas públicas, todo era viento a favor y permitió dar grandes avances
en lo social (ley de dependencia, ley antitabaco, ley del matrimonio entre
personas del mismo sexo...). España convergía con Europa en derecho y
libertades sociales , dábamos pasos hacia una sociedad más justa e igual, en la
que todos tenemos las mismas obligaciones pero a la vez también los mismos
derechos.
Llegaron las siguientes
elecciones generales, el 22 de marzo de 2008, y ningún programa electoral, de ningún
partido político, vaticinaba la crisis que se nos acercaba, ni PSOE, ni PP, ni
IU... por citar a los tres principales partidos a nivel nacional, hacían
previsiones en caso de que el viento tornase en contra, todo eran propuestas en
la búsqueda del pleno empleo, bajadas de impuestos...
España era la envidia de Europa:
las cifras de paro, el crecimiento del PIB, la expansión de nuestras empresas
en el ámbito internacional... era superior al de las grandes potencias que hoy
día se ponen como ejemplo, véase Alemania y Francia. Recuerdo que Alemania en
2008 tenía 4 millones de parados y España solo 2 millones, ¿acaso era mejor lo
que se hacía aquí que en tierras teutonas? Ni lo de aquí era lo ideal, ni lo de
allí es ahora lo ideal. Cada país tiene sus matices y en economía es algo a
tener muy en cuenta aunque vivamos en un mundo cada vez más global.
Lamentablemente la crisis
financiera en Estados Unidos acabó por salpicar al viejo continente y nuestros
bancos cerraron el grifo del crédito, por lo que la principal industria
nacional, la construcción se iba al garete, ya que el gasto no era de obra
pública sino de construcción de vivienda y sin compradores era imposible
sostener el nivel de trabajo. El Gobierno había intentado pinchar la llamada
"burbuja inmobiliaria" con poco éxito ya que los especuladores,
inversores, etc. veían en el "ladrillo" la manera ideal de colocar su
dinero y a su vez un modo de pagar menos impuestos dado que el sistema fiscal
español grava más las rentas del trabajo que las rentas procedentes de la
especulación, ya sea inmobiliaria, bursátil, etc.
Con todos esos ingredientes y
algunos más que me dejo en el tintero hemos llegado a la situación actual que todos
conocemos de paro, nula inversión, recortes, etc. y también a unas elecciones
generales claves para el futuro de España.
Como sucede cada ocho años, por
regla general, surge un partido que pretende abanderar el cambio, el cambio de
rumbo, de política... con la idea de triunfar en las elecciones y alzarse con
el poder.
Para ello se debe presentar un
programa electoral con medidas concretas, y explicárselo a los ciudadanos,
decir que se harán las cosas "como Dios manda" sinceramente a mi no
me dice nada, por varios motivos, pero destaco que en mi condición de ateo lo
que diga Dios me resbala y por otro lado como no me expliquen qué es lo que
manda Dios hacer seguiré sin saber que hay que hacer.
A Mariano Rajoy, como buen
gallego, le va la indecisión, decir las cosas a medias, etc. Para decir las
cosas ya tenemos las medidas que han impulsado las Comunidades en las que ya está
gobernando el PP y en las que las primeras medidas anticrísis han ido contra
los que menos tienen, contra los más débiles y en beneficio de los más fuertes.
Simplemente daré algunos detalles como que llevar a los hijos a la escuela
privada desgrava en el tramo autonómico madrileño del IRPF, que los servicios
de urgencias no recetan medicamentos, el mantenimiento de los hospitales, algo
fundamental en la preservación e higiene
de los mismos brilla por su ausencia, pero si se trata de dar subvenciones a
entidades privadas no hay problema...
Es esto lo que queremos los españoles,
¿perder nuestros derechos que durante tantos años hemos ido logrando? Dicen que
uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde...yo prefiero no perderlo para
seguir valorando los servicios públicos de calidad de los que hasta ahora hemos
gozado y aquellos como la Ley de Dependencia, tan importante para muchas
personas y que Rajoy anuncia a bombo y platillo que piensa recortar porque es
inviable...¿son estas las medidas que pensamos apoyar con el voto simplemente
porque otros lo han hecho mal o han tomado medidas impopulares?
Creo que aún estamos a tiempo de
reflexionar y reconducir nuestro voto, buscar una alternativa, que no
necesariamente tiene que ser el PSOE, valorar las propuestas y votar en
conciencia y sobremanera mirando al futuro y no tanto al pasado, del que
debemos aprender sin dudarlo pero que ya ha quedado atrás.
Yo para mi país quiero progreso,
quiero derechos y libertades para todos, que quienes más tienen aporten más,
que se cree empleo estable y de calidad pero sobretodo que se diga cómo, cuándo
y porque se van a hacer las cosas, que se escuche a la gente, que se expliquen
las cosas y que se hagan bien, que se pelee por lo que uno cree, porque sino el
cambio será a peor y acabaremos lamentándolo.
Yo no quiero que España no sea un
país para pobres, quiero que España sea un país para todos.
El 20 de noviembre, yo peleare
por lo que creo y tú?