sábado, 31 de agosto de 2013

El día de mi confirmación

Era un día triste, gris, con ese orbayu tan típico de Asturias. Como cada verano pasaba los días a caballo entre la casa de mi abuela, la de mis tios y la playa de Salinas. Aquel verano no habia sido un verano más. Algo diferente habia captado mi interés sobre manera.

Cada día acudía al kiosko a comprar el periódico, aquel que cada día nos bombardeaba con un equipo de galácticos y estrellas que quería recuperar la élite pero no caian en la cuenta de que para recuperar la élite, primero habia que haber formado parte de ella. Pero esas noticias no me interesaban, preferia aquella otra que venia en la esquina esa que nunca miramos de las hojas del periódico, queria aquella noticia que decia que habiamos fichado a Luismi del Pontevedra, que llegaban Manu y Recamán del Deportivo B...aquella noticia que sorpresivamente hablaba de colas en las oficinas del Tartiere...

Inexorablemente llegó el día en que todo se confirmaría, hace diez años cogi un Alsa hasta Oviedo en silencio pero con nervios, con mi camiseta azul, llegue a Oviedo y al taxista le pedi que me llevara al Tartiere, se sorprendió, no esperaba un servicio a ese destino. Era temprano queria vivir aquel día con calma y sentir cada instante, uno no confirma sus sentimientos todos los días.

Gracias a aquel periódico, el que nos quería enterrar, al menos podia poner cara a los que se iban a dejar mi alma en el cesped, a los Rafa Ponzo, Alaez, Luismi, Merino, Manu, Kily, Jandro, Cervero, Recamán, Aldeondo....a aquellos que por amor a unos colores, por la ilusión de mantener vivo un sentimiento no dudaron en luchar por un escudo y un sentimiento.

La expectación era máxima, el silencio sepulcral imponía mientras con la mirada buscabas a los conocidos de la grada y te tranquilizabas al ver que alli seguian luchando por el sentimiento de todos. Unas gaitas me despertaron del silencio pero solo para emocionarme y demostrarme que el Real Oviedo seguía vivo, en ese momento supe que jamás podria ser de otro equipo que no fuese el REAL OVIEDO.

Despues vendria ese gol, esa rabia contenida expulsada a gritos con aquel gol de Kily, tenía que ser un canterano el que lo marcase, no podía ser otro...

Diez años despues el sentimiento sigue más vivo que nunca y seguirá así toda la vida.

PD: Este relato va dedicado a todos aquellos que han dejado todo por el Real Oviedo y especialmente a aquellos que allí estaban aquel día y hoy ya no están entre nosotros. VA POR VOSOTROS. HALA OVIEDO!!!!!

1 comentario:

Unknown dijo...

Como siempre espectacular Sergin, soy Jose "el manco"...NOS VEMOS ESTA TARDE!!!!!!