lunes, 21 de diciembre de 2015

La rosa marchita y el puño endeble

El domingo 20 de diciembre se celebraron elecciones generales en España y ciertamente el panorama es tan incierto como impredecible. El Partido Popular ha sido nuevamente el ganador pese a dejarse en el camino más de 80 escaños, el Partido Socialista Obrero Español se deja 20 y obtiene el peor resultado de su historia.

En el otro lado de la balanza estan los partidos emergentes como Podemos que logró 69 diputados y Ciudadanos que ronda los 40. El resto del hemiciclo queda para los demás partidos especialmente los regionalistas y nacionalistas.

Esta entrada no pretende analizar los resultados en global sino que pretende razonar a juicio del firmante las razones y sin razones del PSOE en su descalabro tras una aparente renovación y lo indigno de considerar buenos los peores resultados de su historia.

Hace un año y medio en el PSOE se inició una aparente renovación con la elección por parte de la militancia de un nuevo Secretario General. Pedro Sánchez ganó aquellas primarias y se erigió por derecho propio. Sin embargo, poco cambió desde entonces ya que el discurso del partido continuó por una senda blanda ante la irrupción de nuevos partidos que competian directamente por el electorado naturalmente socialista.

Pedro Sánchez gozó internamente hasta este momento de una tranquilidad interna que veremos como reacciona a partir de este resultado electoral. En las elecciones autonómicas el PSOE logró recuperar posiciones de poder pese a caer en número de votos gracias precisamente al apoyo de PODEMOS.

A lo largo de la campaña el PSOE pese a disponer de un buen programa ha caido en un error trascendental, hacer una campaña de perfil bajo y sobre todo no ser capaces de dar un golpe encima de la mesa en momentos clave como los debates, y no considero que llamar indecente a Rajoy lo sea.

Al PSOE le faltó conectar con la ciudadanía y con la ideología. Una cara bonita no basta si no se tiene un discurso trabajado y preparado que ahonde en lo sentimental y en lo ideológico como si han apelado otros. El PSOE tenia en su mano mimbres suficientes para hacer daño a la derecha y a la izquierda pero ni supo hacerlo contra el PP y su desgobierno, ni supo defenderse y contraatacar ante los emergentes quedandose en tierra de nadie.

A todo esto hay que unir que ciertas decisiones en la conformación de las listas dando prioridad a quienes fueron el estilete contra el PSOE desde otra formación sobre verdaderos socialistas han dejado a estos últimos fuera del Congreso y dado que fue una decisión personal de Pedro Sánchez será éste quien deba responder por ella ya que en sus declaraciones "el PSOE es algo más que sus militantes" dejaba bien a las claras su única responsabilidad en la decisión.

Dos son los territorios en el que la rosa y el puño siguen manteniendo su fortaleza -Extremadura y Andalucía- son precisamente dos de sus bastiones históricos y precisamente donde la campaña la marcaron más sus líderes regionales que su cabeza de cartel.

El futuro es incierto pero ya sabemos que Pedro Sánchez quiere ser reelegido Secretario General en el próximo congreso. Es lo único noticiable tras la ejecutiva que analizó los resultados. Ahora queda por ver si realmente se intentará corregir el desvío hacia la nada y se intenta aunar fuerzas con los partidos de izquierdas para gobernar España o si por el contrario se entrega el gobierno al PP ya sea por medio de la abstención o lo que sería aun más sangrante a través de la gran coalición.

Resulte lo que resulte el PSOE tiene una misión interna obligatoria que pasa por hacer autocrítica de verdad y rehacerse ideológicamente, contar con quienes creen que el socialismo es el camino y no el fin, ser capaces de recuperar la carga ideológica en el discurso, en el mensaje y sobre todo en las políticas sociales que siempre fueron la bandera de este partido.

Hoy mas que nunca el PSOE necesita a socialistas de verdad que vuelvan a dar vida a la rosa y fuerza al puño.

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