jueves, 3 de julio de 2014

El nuevo HUCA, ni tan bien ni tan mal

Este último mes ha sido uno de los más importantes de la historia de la sanidad asturiana, el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desde los terrenos de El Cristo al nuevo hospital ubicado en el entorno de La Cadellada. Sin duda un despliegue enorme de personal y medios para mover un volumen que equivale a poblaciones asturianas como El Berrón.

Todo se gestó muchos años atras, la construcción de un nuevo Hospital en Oviedo era una vieja aspiración de los gobiernos autonómicos, aunque cada uno con sus matices ya que los socialistas siempre fueron más proclives a construir uno nuievo en La Cadellada, aprovechando los terrenos del antiguo Hospital Psiquiátrico como finalmente se ha hecho, mientras que la derecha asturiana se inclinaba mayormente por constuir uno nuevo o reconstruir el hospital en los terrenos que ya ocupaba en El Cristo.

Fue en los primeros años de la pasada década cuando se presentó y aprobó el proyecto que se transformaría en el actual HUCA, finalmente en La Cadellada, y que daría un gran salto de calidad a la sanidad asturiana.

La construcción sufrió diversos contratiempos con retrasos, prolongandose la obra más de 9 años e incluso hoy, con el hospital en funcionamiento aún se estan haciendo obras menores. Hubo sobrecostes importantes que generaron agrias polémicas políticas pero el paso del tiempo fue inexorable y llegó el momento de abrir el HUCA y proceder al tralado desde las viejas instalaciones.

Como todo gran proceso conlleva una elevada complejidad por ello ya en Enero estaba funcionando el área de Oncología y Radioterapia, pero no sería hasta el pasado mes de junio cuando se procedió al traslado de enfermos y del grueso de servicios al nuevo HUCA.

Paralelamente al traslado físico de personal, enfermos y material se produjo una informatización radical del Hospital ya que se pretende digitalizar todo el funcionamiento del mismo, por lo que se optó por contratar el servicio con la empresa CENER-Millenium cuyo ptograma esta generando más quebraderos de cabeza de los deseados, mientras que en el resto de las áreas sanitarias asturianas se emplea el programa SELENE; de otra empresa diferente pero que ámbos deberían ser compatibles entre sí por contrato.

Por razones que no vienen al caso, llevo acudiendo al Servicio de Rehabilitación y a revisiones en Traumatología desde hace varios meses por lo que he vivido en primera persona gran parte de lo que ha supuesto el traslado hospitalario y por ello me veo capacitado para realizar una serie de consideraciones al respecto.

De antemano considero que la decisión de construir un nuevo Hospital, su ubicación y la mejora de los servicios que se prestan son un gran acierto para todos los asturianos y asturianas, pero la complejidad del traslado creo que no se ha previsto con la debida corrección por parte de quienes deberían trasladarlo y también por parte del personal que anteriormente veian oportuno el nuevo Hospital ahora, y especialmente por parte de los lobbys sindicales, lo ven todo negativo.

Trasladar a cerca de 5000 personas no es fácil del mismo modo que no lo es poner en marcha un edificio de semejantes características. Cierto es que existen defectos de obra importantes y que por parte de los arquitectos y contructoras se han cometido errores que han perjudicado el arranque del nuevo hospital, pongo como ejemplo la piscina de Rehabilitación cuya capacidad se ha visto mermada enormemente con el traslado ya que la nueva es más pequeña que la anterior lo que obliga a reducir cupos y esta generando listas de espera y esto es algo achacable especiamente a los encargados del diseño.

Otro error y una grave falta de previsión es el desorden a la hora de las citas médicas ya que no existen mostradores como en el viejo, puesto que a alguien se le olvido darles una ubicación.

Por otra parte comprendiendo las dificultades que puede entrañar un entorno laboral completamente nuevo, algunos fallos como enchufes o tomas telefónicas que no esten aún operativas percibo por parte del personal una cierta desidia y un ánimo de rebeldía hacia el traslado causando una mala imagen de la sanidad asturiana.

Basta dar un paseo por el nuevo Hospital para encontrar a grupos de personal dando paseos tranquilamente por allí, argumentan que es que no tienen carga de trabajo, otros unicamente se dedican a ir diciendo que todo esta mal pero sin aportar una sola solución. Por no hablar de la cantidad de enseres que aún estan sin colocar por los pasillos.

Me parece perfecto que los trabajadores publiquen cartas, expresen sus quejas, etc pero escuchar a una médico de urgencias en un reportaje emitido por el programa "Asturias Semanal" en TPA, decir que tuvo unas horas de formación en su horario laboral pero que la posiblidad de seguir formandose fuera de él no le parecía correcta me parece indignante ya que la gran mayoria de la población si quiere actualizarse en su puesto de trabajo debe hacerlo fuera del horario laboral, ¿por qué esa señora tiene que ser diferente?

El traslado esta sacando a la luz una endogamia en un sector del personal sanitario que a uno le causa sonrojo y vergüenza especialmente por ser un defensor de lo público como un servicio esencial pero jamás debe servir el tener un empleo dependiente de la Administración como causa para tirar piedras contra tu propia empresa porque la imagen que se da en ocasiones nada tiene que ver con la realidad.

Seguramente con el tiempo todo mejore, los problemas iniciales queden atrás y las dificultades se solucionen para  empezar a ver las bondades de un sistema digitalizado para gestionar el nuevo HUCA pero hasta entonces como usuario de la sanidad pública agradecería que todos, administración y personal, pusieran un poco de su parte para el buen desarrollo de las cosas en vez de estar zancadilleandose unos a otros.

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